Me gusta como el tiempo influye en mi.
Hubo un tiempo que eso de cumplir años me daba como miedo, se acercaban los veinti-todos y cambiar de número traía consigo una sensación de vértigo.
Supongo que a muchas personas les habrá pasado lo mismo, pero después de haber
saboreado durante unos años esos veinti-todos y alcanzar mis actuales treinta y cuatro (y medio para ser sinceros…), he descubierto que me encanta que el tiempo pase por mi.
Es el tiempo, ese tan sabio que todo pone en su lugar, tan efímero en algunas ocasiones e infinito en otras, el que brinda la oportunidad de vivir todo tipo de experiencias. Experiencias buenas, experiencias malas, divertidas, aburridas, alegres, tristes, sorprendentes, decepcionantes, maravillosas, dolorosas, fáciles, duras, muy duras (jeje), intensas… Pero todas y cada una de ellas, han sido sobretodo, enriquecedoras. Y es exactamente ese enriquecimiento, el que ha hecho que siga creciendo interiormente y que a día de hoy sea quien soy.
No volvería atrás en el tiempo, no anhelo juventud en mi. Me enorgullezco de mis heridas y cicatrices, todas ellas de batallas y guerras, unas ganadas, otras pérdidas, pero siempre luchadas con honor, coraje y valentía, dando todo cuanto había en mi.
Cada época tiene sus cosas buenas, pero descubrir que con cada etapa, se alcanza un mayor grado de madurez, calma, tranquildad y saber estar, sin olvidar una mayor seguridad en uno mismo, me invita a seguir descubriendo con pasión y valor, lo mejor de los nuevos ciclos de la vida.
Esta reflexión, podría haber surgido el día en el que uno cumple años, día en el que siempre nos planteamos nuestra vida, en una especia de crisis existencial, pero… ¡No! Ha surgido, inesperadamente, después de una conversación con una amiga, ese tipo de conversaciones, estimulantes para mi, que tanto disfruto. Nunca sabes cuando la inspiración decide llamar a tu puerta, pidiendo a gritos, que vuelvas a expresar y compartir, un pensamiento más.
Así que… Aquí os dejo, ¡¡¡otra de mis reflexiones!!!
Y como dicen, que una imagen vale más que mil palabras, aunque como podéis comprobar, soy más de palabras, os dejo encabezando este post, una, con mucho trasfondo.