Y llegaron los 35… estoy exactamente entre dos generaciones, es decir, tan cerca tengo los 30 como lejos los 40, jajaja. Y es que todo consiste en como veas tú el vaso, medio lleno o medio vacío.
¿Y que tiene de bueno ésta edad? Fácil. Si te has preocupado de vivir cada etapa, madurar en cada transición y reflexionar sobre las experiencias vividas, alcanzas lo que yo llamo: «La conciencia de tu valor».
Como un vez leí al autor Pablo Arribas en su post «Sal con un valiente», que os recomiendo encarecidamente, con ésta edad (aunque el escritor no hace referencia a la edad, supongo que no es cuestión de edad sino de capacidad de madurez y reflexión como he mencionado antes), sabes quien eres, sabes que quieres y yo me permito el lujo de añadir que sobretodo, sabes que NO quieres.
Y es que… ¿A qué esperas? Descubre quien eres, el valor que tienes y ¡Persigue tus sueños! Porque sino lo haces tú, nadie lo hará por ti. Y si alguien lo hace por ti, es que quizás hayas perdido tú esencia. Y lo que marca la diferencia entre unos y otros, es precisamente eso, «La esencia».
Gracias a todos/as por perder un poco de vuestro tiempo y molestaros en felicitarme, en mi 35 cumpleaños. La verdad es que he recibido un montón de nuestras de cariño muy emotivas, y eso, no se olvida, o por lo menos a mí no se me olvidará. GRACIASSSS.
Y ahora… a celebrarlo como ¡Dios manda!
Carlos Ramajo para –MiFaDeLoSu–