En una ocasión pude leer que existen ciertas disciplinas artísticas, que requieren por parte del observador o receptor una implicación mayor que el resto de ellas a modo de tiempo y esfuerzo, conllevando un trabajo personal importante, para poder disfrutar plenamente del arte que se expone o se interpreta ante sus diferentes sentidos.El escrito al que hago mención, hacia referencia a obras poéticas de cierta complejidad, pintura, danza, ópera o música clásica entre otras posibles materias. Es cierto, que varias de estas expresiones artísticas no suelen gozar de un amplio público, y que al ser observadas por nuevos intentos de compresión por parte de algunos de nosotros, la disciplina en concreto no logra el objetivo principal, que no es diferente al resto de «artes»: La transmisión de un sentimiento o emoción vivida por el autor y expresada mediante ese formato en concreto.
Una de estas disciplinas, complejas y que requieren de trabajo y esfuerzo para disfrutarla plenamente, es la poesía. Un género al que no estoy acostumbrado ni soy aficionado, pero que de vez en cuando consigue erizar mi piel. Este tipo de expresiones artísticas complejas, que para unos es realmente laborioso y difícil de componer, para otros en cambio es realmente sencillo consiguiendo crear algo realmente bello. Donde otros no eran capaces de crear absolutamente nada, estas personas consiguen hacer autentica magia.
Personas con una virtud especial, con un carisma único, comúnmente conocido como «duende». Personas con la capacidad de atrapar de un modo distinto al resto de seres. Personas que una vez consiguen tocarte, te marcan de por vida.
Personas que deciden jugar y conjugar unas «simples» palabras, enlazándolas entre sí de una manera singular; depositando su peculiar y diferente modo de sentir, consiguiendo conmover a los entendidos en el género y a aquellas personas que la perciben y sienten por primera vez en la vida.
Por este motivo y realizando un guiño a un género cada vez más es desuso, hoy decido compartir un poema con el que me siento particularmente identificado por la historia que en él se relata, la intensidad con la que se realiza y su reflexivo mensaje final.
Un poema recitado por el propio autor, Cesar Brandon, que un día decidió presentarse a un programa de televisión que buscaba nuevos talentos. Autor que, con su particular estilo de componer y recitar, consiguió conmover a todo un país con un género hoy en día casi olvidado. La emoción, el énfasis y el sentimiento con que lo realiza, consigue que los oyentes presten su máxima atención a la historia de amor que en ella se relata y alcancen el mismo nivel de emoción que su autor al interpretarla.
«Solo las personas que se han adentrado en las profundidades más oscuras, son capaces de crear la belleza más intensa.» –MiFaDeLoSu–
Sin más dilación, os dejo con lo que considero un derroche de sentimientos a modo de poesía. Os recomiendo, te aconsejo, que cierres los ojos y simplemente te dejes llevar.
«…hasta el infinito o tal vez, solo hasta dos.«
–MiFaDeLoSu–