NO. Una pequeña y sencilla palabra que nos da un pavor enorme. Una palabra compuesta por dos letras, una consonante y una vocal, que siendo tan simple en su composición morfológica genera una sensación de rechazo importante en todos y cada uno de nosotros. Tanto es así que,el hecho de poder recibir un NO por respuesta, consigue que en múltiples ocasiones y circunstancias ni siquiera lo obtengamos debido al temor de recibirlo como contestación.
Un NO que asociamos de forma errónea al maldito y mísero orgullo personal. Un orgullo que consigue que hoy en día las personas no luchen por aquello con lo que sueñan. «¿Cómo me van a decir a mi que no?» Pues sí, a ti y a millones de personas más les dicen que NO a diario. Pero no por ello, dejan de luchar por aquello que quieren.
Os voy a contar mi mayor NO. Aquel que más fuerte me golpeo pero del que más aprendí sin lugar a dudas:
Mi NO más doloroso, fue la negativa de la que en aquel momento era mi pareja a seguir con la relación sentimental que manteníamos. NO, no quiero seguir contigo o un «Tú y yo ya no estamos juntos« para ser literalmente sinceros. Esas palabras se marcaron en mi para siempre como si de una marcación por yerra se tratara. – Yerra: Acto que consiste en la marcación del ganado utilizando un hierro caliente e incandescente tras haberlo sometido al fuego. – Solo de pensarlo duele ¿Verdad? Pues dolió. – Después de unos años de relación en la que me batía el cobre cada dos por tres, sonaron tan frías esas palabras que sentirse cayendo desde lo alto de un vigésimo séptimo piso hubiera sido una sensación muy, pero que muy confortable.
Fue todo un señor NO. Seguramente el NO más duro de mi vida hasta el momento – Estoy convencido que llegarán más –. Pero también supuso un NO a día de hoy muy enriquecedor. ¿Por qué un NO tan emocional y devastador puede ser hoy en día un NO tan reconfortante? Muy sencillo, porque una vez recibido ese gélido «tú y yo ya no estamos juntos» lo di T O D O por transformarlo en un SÍ. Y cuando digo todo es todo – Os sorprenderías de lo que uno es capaz de hacer el ser humano cuando se mueve con ese músculo tan pequeño llamado corazón –. Tanto es así que en el camino por conseguir el tan ansiado SÍ, creí perder mi propia dignidad.
Probablemente luche tarde o a destiempo por la relación como suele suceder en estos asuntos tan complejos, pero eso a día de hoy carece de total importancia. Lo realmente importante es que me gane el NO. Ofrecí lo mejor de mi en aquel momento por algo en lo que creía en ese preciso instante y eso, aparte de ofrecerme varias lecciones de vida, hizo que independientemente del resultado obtenido nunca me preguntara que hubiera pasado si hubiera hecho «esto o aquello». Y creerme, esa sensación observada con la perspectiva ofrecida por el tiempo pasado es muy, muy reconfortante.
Con esta experiencia propia, como no podía ser de otra manera desde –MiFaDeLoSu-, lo que pretendo transmitir es lo siguiente: Lo fácil, es no ganarse el NO. Quedarse cómodamente en él aceptando el resultado como decisión final sin ni siquiera preguntar o luchar por él. Pero si no te bates el NO, si no dejas a un lado el orgullo, la cobardía y luchas por conseguir aquello que realmente crees que mereces, si ante la mínima traba u obstáculo abandonas, entonces llegara un día que te preguntarás que hubiera pasado si hubieras dado todo lo que había dentro de ti por cambiar aquella decisión o situación. Y con «eso», hay que conseguir vivir después.
¡Que miedo o temor tenemos al NO! Tanto es así, que en la mayoría de las ocasiones predisponemos una respuesta negativa sin ni siquiera luchar por obtenerla obviando que es en la lucha, en la pelea por ganarnos el NO, donde se alcanza la fuerza y sabiduría suficiente como para enfrentarnos a mayores retos futuros. Un NO que sin tú ser consciente de ello en el momento de obtenerlo, te estará brindado la experiencia suficiente y necesaria para convertir futuros NO-es en grandes, luminosos e intermitentes letreros fluorescentes con la palabra SÍ marcada en ellos. Y entonces cuando esto suceda, que sucederá, las futuras victorias estarán basadas en una multitud e infinidad de negativas que en su día, primero temiste y luego lamentaste recibir.
El hecho de haberlo intentado cuando no creíamos poder conseguirlo o nada daban por nuestro éxito, convierte el mismo NO en un gran triunfo. Un triunfo con sabor a futuro.
Así que… ¡Gánate el NO joder! Gánate el puto NO y te aseguro que nunca te arrepentirás ni lamentaras de haberlo intentado.
Carlos Ramajo para –MiFaDeLoSu–
[amazon_link asins=’8498754798,8499899854,0142437182′ template=’ProductCarousel’ store=’mifabrdelossu-21′ marketplace=’ES’ link_id=’2899ab07-b616-4f6e-bd99-4fe7d5ab87dc’]